Iglesia de Santa Tecla

“Obrada y edificada por Mahoma Rami. Con Dios”. Así reza una inscripción en el antepecho del coro de la iglesia de Santa Tecla, en Cervera de la Cañada, levantada en el cerro que domina la población sobre los restos de un antiguo castillo. El edificio pertenece a la tipología de iglesia-fortaleza mudéjar y fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1943, hoy Bien de Interés Cultural. El 14 de diciembre de 2001 fue reconocido Patrimonio Mundial por la UNESCO como uno de los ejemplos más representativos del arte mudéjar aragonés.

Se distinguen dos etapas constructivas. La primera empleó los restos del antiguo castillo, probablemente destruido durante la “Guerra de los dos Pedros” (1356-1369): un torreón circular al norte, una torre de planta cuadrada al sur y posiblemente el basamento del ábside. En la segunda etapa se levantaría el resto de la iglesia que fue terminada en 1426 por el maestro Mahoma Rami, cuatro años después del fallecimiento de su protector, el papa Benedicto XIII.

La iglesia consta de una nave de tres tramos con cuatro capillas laterales entre contrafuertes y ábside pentagonal, todos cubiertos con bóveda de crucería. El tramo de los pies se abre a la nave por medio de dos arcos apuntados y sobre él se levanta el coro que apoya en un alfarje de madera. A su lado se dispone una pequeña capilla bautismal de planta cuadrada. La parte superior de las capillas del lado sur está recorrida por una tribuna que se abre al exterior mediante vanos ligeramente apuntados, y al interior del templo a través de dos ventanales de celosía de yeso.

El interior de la iglesia contiene una gran riqueza de elementos decorativos entre los que destacan su impresionante decoración mural pintada y agramilada, las yeserías de los ventanales y del antepecho del coro alto, de estilo gótico tardío, y el espléndido alfarje mudéjar.

El exterior es muy austero. Presenta muros lisos sin decoración, con la única excepción de los modillones de ladrillo, listeles o esquinillas de los aleros.

Alfarje del coro alto

El coro descansa sobre una techumbre plana o alfarje que consta de veinticuatro vigas apoyadas entre el muro del hastial y los arcos apuntados. En las calles formadas por estas vigas se colocan listeles creando espacios cuadrados cerrados con tabicas. La policromía cubre toda la superficie del alfarje predominando el color rojo de fondo de toda la tablazón y el verde en las vigas. En las tabicas, sobre fondo rojo se presenta un motivo circular dorado en forma de corona que encierra un elemento floral de color azul. Las vigas se decoran en el centro y los laterales con los escudos de Cervera y las barras de Aragón rodeados por decoración vegetal, bandas de “S” y bandas de círculos en blanco sobre fondo negro. En los listeles aparece, sobre fondo negro, una franja de “S” entre dos líneas de color blanco cortada en tramos por un motivo dorado en forma de cruz formado por cuatro círculos de igual tamaño y uno más pequeño en el centro.

En el muro de los pies así como en el que sustenta el pretil del coro, los espacios entre vigas están cubiertos con tabicas verticales que se decoran con diferentes motivos vegetales principalmente, aunque también pueden verse dragones, elementos geométricos y un ave con las alas desplegadas, además de una corona y una inscripción en letras góticas.

Puerta de la sacristía

La sacristía está situada en el lado izquierdo del presbiterio y ocupa la parte baja de la torre de planta cuadrada. Se cierra mediante una puerta de una sola hoja con decoración mudéjar de lazo que forma estrellas de ocho puntas y cruces de brazos apuntados.

Intervenciones

En 1973 la fachada sur de la iglesia fue restaurada por Fernando Chueca Goitia, que añadió un remate almenado y una ventana con cornisa de piedra en el cuerpo, en cuyo interior se ubica la escalera de acceso al coro y a la tribuna.

Entre 1994 el año 2000 se llevaron a cabo, en diferentes fases, una serie de obras de consolidación y restauración de la iglesia centradas en el recalce de muros perimetrales, en la plataforma de acceso y en las cubiertas.

Entre 1999 y 2001 se realizó la restauración integral del interior del templo que afectó a la decoración mural, yeserías y elementos de madera vista y policromada, entre los que se encuentran el alfarje y la puerta de la sacristía.

Alfarje del coro alto

El alfarje mudéjar de la iglesia de Cervera de la Cañada une con fortuna el trabajo de carpintería y de decoración pictórica.

Su estructura viene determinada por una sucesión de viguetas (denominadas “jaldetas”), que insertadas en los muros soportan una tablazón que cubre el espacio, para ser practicado como continuidad del camino de ronda; esencial en esta iglesia-fortaleza.

A diferencia del alfarje de la iglesia de Tobed, este no tiene alero, ya que su barandilla es de obra de fábrica, continuando el muro contrafuerte de los arcos.

La solera es la primera pieza colocada sobre la fábrica cuya moldura de media caña se encuentra pintada en bermellón, y sobre ella se disponen las jaldetas repartidas a calle y cuerda (separación doble de su grueso). Esta separación se materializa gracias a las tabicas, que situadas en cierto ángulo de acuesto en los extremos, dejan ver con claridad la decoración pictórica.

La tablazón se articula con la labor de menado tradicional a base de cinta y saetino, dotando al intradós del alfarje de una división en casetones que cuadricula el espacio.

La policromía aplicada como fondo emplea el verde cardenillo de las jaldetas en todas sus caras y el azul índigo en las cintas y en la tablazón. Sobre ellos abundan los iconos heráldicos alusivos a la Corona de Aragón en rojo y dorado.

No podemos olvidar la omnipresente estrella de ocho del mundo mudéjar que, repetida y entrelazada, decora el perímetro del alfarje y continúa por los lienzos de las paredes que lo rodean.

Puerta de la sacristía

El ejercicio geométrico desplegado en esta puerta nos retrotrae a patrones de filiación mudéjar. Un encaje preciso de una composición de cuadrados cubre el tablero de la puerta en su totalidad.

En algún momento de su historia debieron unirse a los batientes en una sola hoja como pone de manifiesto el empalme central en el plafón y en los vértices de los cuadrados.

La relación entre su altura y su anchura (2 a 1) permitió un replanteo exacto de su diseño organizado a partir de dos cuadrículas sobrepuestas y giradas 45 grados, que constituirían los ejes de la distribución de cuadriláteros de razón igual a V2

Su resultado constituye un interesante juego visual, ya que, aunque en un primer golpe de vista las estrellas de 8 puntas, que forman las molduras clavadas en el tablero, nos parecen el motivo principal, enseguida se percibe que son la consecuencia de una afortunada composición de cuadrados, puesta de manifiesto, -cómo en la puerta de la sacristía de Aniñón-, en las incisiones del punzón que permitirían colocar en el lugar exacto cada pieza.

Iglesia de Santa Tecla

Calle Cuatro Esquinas, 5
Google maps:
41.432994, -1.735830

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